Aunque se oye hablar de la próstata muy a menudo muchas personas desconocen que se trata de una glándula ubicada justo por debajo de la vejiga de los varones. Del tamaño de una nuez, su función principal es la de producir semen junto a los testículos y las vesículas seminales. El tamaño habitual es el de una nuez aproximadamente, pero con la edad tiende a crecer. Esto suele ocasionar algunos problemas de poca importancia, como la compresión de la uretra, provocando que el hombre que lo sufra tenga más ganas de ir al baño, pero también pueden darse afecciones más graves, como el cáncer de próstata.

Hiperplasia Prostática Benigna

A medida que los hombres cumplen años, la próstata crece de tamaño. De esta manera comprime la uretra que es por donde sale la orina al exterior. Si el crecimiento es a causa de células normales se denomina Hiperplasia Prostática Benigna y se caracteriza por problemas obstructivos para vaciar la orina. Entre otros,

• Urgencia para orinar, especialmente nocturna

• Disminución del calibre del chorro y aumento de la fuerza para orinar

• Dolor ardor o infección urinaria

• Dolor en la espalda o en la cadera

Esta patología Hiperplasia Prostática Benigna, también conocida como HPB, se trata generalmente con tratamiento quirúrgico, retirando parte de la próstata y así se evita que la uretra se obstruya. En otros casos se aplican tratamientos con medicamentos que impiden el crecimiento de la próstata.

El cáncer de próstata

A pesar de que la mayoría de problemas de próstata no tienen más importancia de la incomodidad o problemas menores, no podemos olvidarnos del cáncer de próstata, uno de los más comunes en hombres mayores de 65 años. Por lo general son más propensos a sufrirlo aquellos que tienen antecedentes familiares, pero puede aparecer en cualquier momento. El problema es que sus síntomas son muy parecidos a la Hiperplasia Prostática Benigna, y por tanto quienes lo sufren no lo saben hasta que es demasiado tarde.

Para poder diagnosticarlo en un estado inicial se recomienda que los varones realicen unas pruebas médicas de manera periódica a partir de los 45 años. 

• En la consulta el médico preguntará por el estado de salud y si hay algún familiar que haya padecido enfermedades relacionadas. Además se realizará una prueba física (tacto rectal)

• Todo esto será complementado por una analítica y la prueba del antígeno prostático específico en sangre (PSA).

• Si el personal médico así lo considerase, se añadiría una eco prostático rectal.

Por lo general los resultados de estas pruebas son positivos, y no hay más que dar una cita para la próxima revisión. Pero si hay evidencia de problemas en estos exámenes, el especialista puede solicitar otras pruebas complementarias como la resonancia magnética transrectal o la biopsia de próstata.