Según cumplimos años nuestra audición y vista se ven deterioradas, así como la capacidad de mantener la mente activa. Es por ello que resulta importante seguir ejercitando el cerebro llegados a la tercera edad, para asegurar nuestro bienestar mental. La lectura es de gran ayuda en esta tarea ya que nos permite fomentar la concentración y la imaginación, así como la memoria. 

Beneficios de la lectura 

La lectura como método de prevención de enfermedades como el parkinson o el alzheimer y de la degeneración cognitiva es recomendada por muchos profesionales de la psicología. Se ha demostrado, pues, que esta actividad tiene numerosos beneficios especialmente en las personas mayores. 

– Aumenta la capacidad de concentración: Leer es una buena forma de ejercitar la mente y aumentar la atención, comprensión y observación de nuestro propio entorno. También ayuda a la relajación y a ver la vida desde diferentes perspectivas. 

– Mejora la memoria y aumenta la imaginación: La lectura nos proporciona diversas emociones, lo que hace que sea más fácil asentar los recuerdos. También favorece nuestra creatividad, ayudándonos a imaginar personajes, escenarios, acciones… con mayor facilidad. 

– Incrementa la empatía y aporta sensación de bienestar, ayudándonos a relajarnos y descansar mejor. 

– Es un medio de evitar la soledad y de entretenimiento: Es una forma divertida de mantener nuestra mente ocupada y de evitar el aburrimiento ya que, conforme nos hacemos mayores, nuestros quehaceres van disminuyendo. 

Cómo crear el hábito de lectura 

Como cualquier actividad que requiera un esfuerzo mental, la lectura también se entrena. Es así como se crea el hábito. Hay diferentes maneras de crear un hábito de lectura acorde a las necesidades de nuestros mayores: 

– Establecer un horario de lectura diario: Emplear una o dos horas a la lectura es fundamental para conectar con aquello que estamos leyendo y relajar completamente nuestra mente. Por eso es importante llevar a cabo esta tarea cada día, sin excederse, pues podría causar cansancio visual, especialmente en una persona mayor. 

– Escoger un ambiente tranquilo, con el fin de evitar distracciones. De esta forma la comprensión de aquello que estamos leyendo será clara y la retención de la información será mucho más sencilla. 

– Elegir temas variados para su lectura: El tema que elijamos marca nuestros intereses e inquietudes, por lo que se recomienda la variación de estos para adquirir e intercambiar conocimientos, ideas y opiniones con el propio libro. 

– Crear grupos de lectura: aunque leer pueda ser un acto individual e íntimo que podemos llevar a cabo casi en cualquier parte, también podemos hacer de él algo social mediante la creación de grupos de lectura en los que intercambiar opiniones e ideas y socializar con otras personas con nuestros mismos intereses literarios. Estos grupos, además, son muy importantes para las personas mayores ya que les permiten crear nuevos círculos mejorando así su calidad de vida.