¿A quién no le gustaba hacer puzzles de pequeños? Muchos siguen con esa afición, incluso superando sus expectativas en cuanto a dificultad y número de piezas. No hace falta que tengan un alto nivel de dificultad pero, para las personas mayores, los puzzles aportan multitud de beneficios para el desarrollo cognitivo. Se trata de un mecanismo muy eficaz para mantener la actividad cerebral en forma justamente en la etapa vital que seguramente más se necesite.