Más allá de lo que se pueda pensar, en una demencia se observan alteraciones en otras áreas cognitivas aparte de la memoria, que siempre es lo más esperable. Una de las áreas que puede sufrir afectación es la comunicación, dado que el lenguaje puede sufrir alteraciones. La persona es posible que no encuentre las palabras adecuadas para expresarse, o puede no comprender la información que recibe de otras personas. Es por tanto que la comunicación puede llegar a ser deficitaria, generándose situaciones de conflicto y tensión que derivan en posibles alteraciones de conducta, al no poder expresarse como quiere ni comprender lo que se le dice.

La afasia es un trastorno que afecta al área cerebral que controla el lenguaje, y puede implicar tanto al habla, como a la escritura y a la lectura. Hay diferentes tipos de afasia según la afectación concreta que la persona presente. La afasia puede aparecer de forma aislada y repentina, por ejemplo, asociada a un traumatismo o a un ictus, o puede manifestarse como síntoma de una posible demencia.

Existe un tipo de afasia predominante en cuanto a demencia se refiere, que es la afasia progresiva primaria. Los indicios de este síndrome clínico se ven de forma temprana y aislada, ya que inicialmente no se objetiva ningún otro tipo de alteración más allá del lenguaje. Sin embargo, la enfermedad suele acabar derivando en un deterioro más generalizado, en lo que se llama demencia fronto-temporal. Esta afasia deriva de la afectación del lóbulo frontal y temporal izquierdo, teniendo como consecuencia un deterioro progresivo del lenguaje, y posteriormente del resto de funciones cognitivas.

Tener un familiar o una persona cercana que sufra de este tipo de alteración genera situaciones difícilmente gestionables, puesto que la comunicación es la base principal de las relaciones interpersonales. En los momentos iniciales del diagnóstico resulta importante acudir a una rehabilitación logopédica, que será la que trabaje por la compensación de la pérdida comunicativa del paciente con otro tipo de estrategias de comunicación. Además, el asesoramiento inicial a familias y pacientes es fundamental, para aprender a manejar las dificultades que se puedan ir presentando.

¿Qué estrategias podemos seguir como acompañantes para facilitar la comunicación con la persona con afasia?:

• Mantener un ritmo de habla y un volumen de voz adecuado.
• Frases cortas, vocabulario sencillo.
• Tener paciencia y esperar su respuesta, dejar tiempo para que procese la información.
• Prestar atención a elementos de comunicación que no sean exclusivamente verbales (gestos, posturas, muecas, etc), puesto que también nos estarán dando información.
• Realizar preguntas de respuesta corta (si/no, bien/mal, más/menos, etc.).
• No hablar de él/ella como si no estuviera presente (puede que principalmente tenga un problema en la producción del lenguaje, pero no en la comprensión).
• No hacer varias preguntas a la vez.
• Procurar siempre estar en su campo de visión cuando se le hable.
• No interrumpir ni corregir continuamente.
• Ayudarle a encontrar la palabra que busca si vemos que tras varios intentos no lo consigue.
• Facilitar los medios que necesite para comunicarse según sus capacidades (imágenes, pictogramas, papel y lápiz, dispositivos electrónicos, …)

La afasia progresiva primaria es un síndrome de carácter progresivo que, como en el resto de cuadros clínicos con la misma evolución, cobra especial importancia tener una valoración adecuada, un asesoramiento y un seguimiento profesional para tratar de anticiparnos, ya que teniendo toda la información disponible al alcance podemos facilitar la gestión del día a día y de las diferentes situaciones que puedan ir surgiendo.