A medida que envejecemos, es común que nuestro cuerpo experimente cambios en la forma en que absorbe y utiliza los nutrientes esenciales. Uno de estos nutrientes clave es la Vitamina D, que juega un papel importante en la salud ósea y el sistema inmunológico.
La importancia de la vitamina D en adultos mayores
La vitamina D es esencial para la absorción de calcio y fósforo, minerales necesarios para mantener la salud ósea. Cuando envejecemos, la capacidad de nuestro cuerpo para producir vitamina D a través de la exposición al sol disminuye
Consecuencias de la deficiencia de Vitamina D
La deficiencia de vitamina D en adultos mayores se ha asociado con un mayor riesgo de osteoporosis, fracturas óseas, debilidad muscular y caídas. La falta de vitamina D también puede afectar al sistema inmunológico, aumentando la susceptibilidad a enfermedades e infecciones.
Cómo abordar la deficiencia de vitamina D
La principal fuente de vitamina D es la exposición al sol. Los adultos mayores deben tratar de pasar tiempo al aire libre todos los días, preferiblemente durante las horas en las que el sol es menos intenso.
Por otro lado, incorporar en la dieta alimentos ricos en vitamina D como los pescados grasos, huevos o lácteos, entre otros, puede ayudar a aumentar los niveles. En algunos casos, puede ser necesario recurrir a suplementos de vitamina D, siempre bajo la supervisión de un médico.
La deficiencia de vitamina D es un problema común en nuestros adultos mayores, con una combinación adecuada de exposición al sol, una alimentación equilibrada y, en algunos casos, suplementos, es posible abordar esta deficiencia y reducir el riesgo de complicaciones.