Como sabes, mientras dormimos pasamos por diferentes etapas. El ciclo del sueño es una combinación de períodos de sueño profundo y ligero en los que no se sueña con otros de sueño activo, el sueño con movimientos oculares rápidos o MOR. A lo largo de la noche este ciclo se repite pero, a medida que nos hacemos mayores, los cambios son significativos.

Cómo cambia el sueño con el envejecimiento

Al cumplir años muchas personas comienzan a tener dificultades para conciliar el sueño. Se despiertan con más frecuencia durante la noche y se levantan más temprano por la mañana. Aunque el tiempo total no se reduce en exceso, suele resultar más difícil quedarse dormido. La transición entre el sueño y despertarse con frecuencia es abrupta, lo que hace que las personas mayores sientan que tienen un sueño más ligero que cuando eran jóvenes.

En resumen, cuando cumplimos años pasamos menos tiempo durmiendo profundamente y sin soñar, despertándonos en promedio de 3 a 4 veces cada noche. Además del cambio en el sueño,  la necesidad de levantarse a orinar, la ansiedad e incomodidad y dolor por enfermedades prolongadas son otros factores que influyen en los despertares más continuos.

Los efectos de este cambio

La dificultad para dormir es un problema molesto. El insomnio prolongado es una de las principales causas de accidentes automovilísticos y depresión. Debido a que el sueño de las personas mayores es más liviano y se despiertan con mayor frecuencia, pueden sentirse privadas de sueño, aun cuando su tiempo total para dormir no haya cambiado.

La privación del sueño con el tiempo puede ocasionar confusión y otros cambios mentales. Sin embargo, esto se puede tratar, disminuyendo los síntomas cuando se duerme lo suficiente.