Cómo mejorar la microbiota intestinal en el envejecimiento

Cómo mejorar la microbiota intestinal en el envejecimiento

En nuestro cuerpo, todo se encuentra en equilibrio para conseguir un desempeño óptimo de nuestras funciones vitales, desde los grandes órganos hasta los organismos mircroscópicos. Entre estas se encuentran los procesos digestivos, en los que la microbiota intestinal adquiere un papel fundamental. Por este motivo, mantenerla sana cuando nos hacemos mayores se convierte en un factor clave.

Qué es la microbiota intestinal

Empecemos por conocerla. El concepto de microbiota hace referencia a los microorganismos que se encuentran en un entorno definido. Así, cuando hablamos de microbiota intestinal, nos referimos concretamente a los microorganismos presentes en el intestino.

Para que te hagas una idea clara. Se estima que en un individuo de 70 kg pueden existir alrededor de 100 billones de bacterias de la microbiota intestinal. ¿Y por qué esta asombrosa cifra? Porque el papel que desempeñan estos microorganismos es imprescindible en la nutrición y la defensa de nuestro organismo, especialmente a medida que nos hacemos mayores.

Cuáles son los beneficios de la microbiota intestinal

Con unos niveles de microbiota normal, nuestro cuerpo ofrece una respuesta mucho más eficiente frente a determinadas circunstancias. Y es que la función de las bacterias de la microbiota intestinal se desarrolla en tres frentes principales:

  • Defensa. La microbiota intestinal refuerza el sistema inmunitario y supone una defensa frente a microorganismos patógenos que puedan suponer una amenaza para la salud.

  • Nutrición. Estas bacterias presentes en el intestino ayudan a la absorción de minerales y vitaminas esenciales durante el proceso digestivo. Además, durante la descomposición de fibras alimentarias produce moléculas con propiedades beneficiosas para el resto del organismo.

  • Comportamiento. La microbiota intestinal alterada puede influir en el comportamiento de los neurotransmisores que emplean las células para comunicarse entre sí. Algunos estudios apuntan hacia la relación entre microbiota intestinal y alzheimer así como con enfermedades relacionadas con la salud mental. Su implicación en la liberación de serotonina tiene implicaciones en los estados de depresión y ansiedad.

Los beneficios de una microbiota intestinal sana se manifiestan en una mayor resistencia ante las infecciones, las enfermedades autoinmunes y los procesos antiinflamatorios, el correcto desarrollo de la actividad metabólica y la regulación de las funciones neurológicas.

¿Qué pasa si la microbiota intestinal está alterada?

Las consecuencias derivadas de la microbiota intestinal alterada, también conocida como disbiosis, no solo tienen repercusiones a nivel digestivo, sino en otras muchas funciones esenciales.

A edades avanzadas, este tipo de alteraciones es más frecuente como consecuencia del envejecimiento intestinal, ya sea consecuencia natural de los cambios fisiológicos en el adulto mayor, ya porque exista alguna situación de enfermedad de fondo o porque en la dieta se esté abusando de alimentos malos para la flora intestinal, como embutidos, bebidas azucaradas o bollería industrial, entre otros.

¿Cómo afectan los problemas de la microbiota intestinal en el envejecimiento? 

Las principales enfermedades relacionadas con la microbiota intestinal alterada son aquellas que afectan directamente al aparato digestivo:

  • Hígado graso no alcohólico

  • Enfermedad celíaca

  • Síndrome del intestino irritable

  • Enfermedad de Crohn

  • Infección por Helicobacter pylori

  • Cáncer colonorectal

Sin embargo, ha quedado probada la estrecha relación existente entre el aparato digestivo y otros órganos, entre ellos el cerebro. No en vano, los desequilibrios en la flora intestinal van más allá de los trastornos gastrointestinales:

  • Obesidad

  • Asma

  • Ansiedad y depresión

  • Psoriasis y otras alergias en la piel

  • Enfermedad renal crónica

  • Enfermedad de Alzheimer

¿Cómo evitar los problemas de microbiota intestinal en el envejecimiento?

La presencia en el intestino de esta colonia de microorganismos beneficiosos va cambiando conforme pasan los años.

Hasta los dos años de vida se registra la mayor diversidad de microbiota en el intestino.

Durante la edad adulta los niveles de microbiota normal se estabilizan.

En el adulto mayor las bacterias de la microbiota intestinal decaen, facilitando la entrada de otros grupos de microorganismos potencialmente peligrosos.

Teniendo en cuenta las funciones que desempeña y sus beneficios para la salud, es comprensible que exista tanto interés por evitar los problemas con la microbiota intestinal, sobre todo a edades avanzadas.

Probióticos para mantener la flora intestinal en la edad adulta

La alimentación es un aspecto fundamental para garantizar unos niveles de microbiota normal que favorezcan al buen estado de salud. El primer paso será desterrar de la dieta los alimentos malos para la flora intestinal. Según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), entre los ingredientes más nocivos para la buena salud de la microbiota están:

  • Conservantes artificiales

  • Zumos de frutas envasados

  • Bebidas azucaradas e isotónicas

  • Alimentos ultraprocesados (carnes procesadas, bollería, comidas precocinadas…)

  • Exceso de alcohol

Al tiempo que se descartan de la dieta habitual estos alimentos, habrá que incluir otros ingredientes que favorezcan al mantenimiento de una microbiota normal: son los denominados prebióticos y probióticos para recuperar la flora intestinal. De forma natural podemos encontrarlos en algunos alimentos comunes como:

  • Lácteos fermentados (yogur natural y kéfir)

  • Verduras encurtidas (pepinillos, zanahorias, tomates, chucrut…)

  • Pan de masa madre

  • Frutas y legumbres

  • Cereales integrales

También desde la asistencia a los mayores se pueden prevenir las enfermedades relacionadas con la microbiota intestinal en el envejecimiento, y no solo mediante una alimentación adecuada. Otros aspectos como la falta de actividad, el estrés o la pérdida de calidad en el descanso repercuten en el equilibrio de la flora intestinal.

 

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