Si eres lector habitual de este blog, o si conoces nuestra filosofía sabrás que en las bases de la misma están los derechos de las personas mayores y que puedan seguir disfrutando de la mejor calidad de vida. La gerontología integrativa aboga también por esto, recurriendo a todos los recursos válidos al alcance de los mayores y de los profesionales que desarrollan su carrera profesional en disciplinas y especialidades afines a la atención de los mismos.

Principios básicos de la gerontología integrativa

Para poder conocer esta forma de trabajo es bueno tener claras cuáles son las bases en las que se sustenta y saber aplicarlas a la vida real. Porque no solo basta con la planificación teórica o ideológica y los buenos propósitos, sino que hay que practicar una gerontología de intervención. De esta manera todos los mayores tendrán acceso a las las atenciones y servicios, independientemente de su situación o el lugar en el que se encuentren.

Pirámide de necesidades vitales de Maslow

El psicólogo y humanista estadounidense Abraham Maslow desarrolló a principios del siglo XX la teoría de que para que las personas puedan desarrollarse y mantenerse sanas y participativas deben tener cubiertas, de manera escalonada, sus necesidades materiales, fisiológicas, psicológicas, sociales, culturales y espirituales. Esta teoría se conoce como la Pirámide de Maslow.

En ella el teórico explica cómo las personas debemos tener cubiertas unas necesidades antes de pensar en las siguientes. Es decir, vamos cubriendo cada una de ellas, desde las más elementales, que se encuentran en la base, a las que se encuentran en la punta de la misma. En la parte más baja estarían el comer adecuadamente, respirar aire puro, dormir suficientemente, resguardarse del frío y del calor excesivos. Después a medida que se sube en la pirámide se encuentra el disfrutar de relaciones familiares y sociales gratificantes, de actividades lúdicas y culturales adecuadas, disponer de una vivienda apropiada, entorno saludable, cobertura de una asistencia sanitaria y social adecuadas, pensión suficiente,  y dinero suficiente para vivir dignamente. Finalmente, estaría la libertad de profesar una creencia religiosa determinada.

Principios éticos y morales

Hay unos principios éticos y morales básicos en la protección y cuidados de las personas mayores

• Hacerles todo el bien que podamos, beneficiarlos. Esto es la beneficencia.
• No maleficencia, es decir, no causarles daño, no perjudicarles, aunque sea de una manera indirecta o solapada.
• Poner en práctica la justicia con ellos. Esto significa darles lo que corresponde por su dignidad y lo que representan, teniendo en cuenta lo aportaron a la familia y a la sociedad en general durante toda su vida.
• Permitir que se desarrollen como personas libres y que se respeten sus principios y preferencias para facilitar su autonomía e independencia.

En resumen, conocer y atender los derechos legítimos de las personas mayores para satisfacer de esta manera todas sus necesidades vitales.

En Sonraíz respetamos los derechos de los usuarios

En nuestro centro de día trabajamos para facilitar a nuestros usuarios esta autonomía e independencia. Les ayudamos a cubrir las necesidades básicas para que, en los últimos años de su vida, puedan seguir auto realizándose como personas. La gerontología integrativa es un pilar principal en el día a día de nuestro centro.