El envejecimiento de la población en España es más que evidente. De hecho, se calcula que en nuestro país, en el año 2025, los mayores de 65 años supondrán en torno al 25 % de la población total. Muchas de esas personas tendrán problemas con la vista en los próximos años. Algo que supone un problema mayor, ya que se estima que el 80 % de la información que recibimos es a través de la visión. Por eso, mantener de forma óptima la salud visual es crucial para su bienestar.

Cuidar los ojos es básico para un envejecimiento positivo

No se le suele dar el protagonismo y la importancia que realmente tiene la salud visual. Y no podemos dejar de lado el hecho de que ver bien es esencial para que las personas mayores mantengan su independencia.

Bien sea debido a problemas fisiológicos, por el envejecimiento de las estructuras oculares o por patologías de diferente índole, la pérdida de capacidades visuales no suele ser motivo de consulta a los profesionales de la medicina con la frecuencia y premura que precisan. La mayoría de los mayores van adaptándose progresivamente a los problemas de visión, bien porque pasan desapercibidos o porque los consideran normales de la edad, mientras que estos van limitando sus actividades y pueden incluso llegar a producirles una discapacidad. En este sentido, se debe tener en cuenta que la pérdida de visión no es un proceso normal del envejecimiento.

Cuándo acudir al médico optometrista

Los problemas de visión adquieren una vital importancia en la vida diaria de las personas mayores. Ante la aparición del más mínimo signo de alarma, como es la visión borrosa, los deslumbramientos más frecuentes o potentes de lo normal, o la disminución de la visión, se debe acudir al óptico u optometrista de confianza. Este profesional primario de la visión hará un primer diagnóstico de la causa de la alteración en la vista y, con ello, pautará un tratamiento adecuado lo antes posible. 

No hay que olvidar que una visión deficiente es causa de caídas, de miedo a salir a la calle y de falta de relación con el entorno

Los expertos en geriatría recomiendan que las personas mayores se sometan a una revisión ocular al menos una vez al año. Es fundamental que, a partir de una cierta edad, la población se conciencie de la necesidad de acudir a revisiones visuales con el óptico u optometrista con mayor regularidad con el fin de prevenir estos deterioros y, en su caso, adoptar las medidas adecuadas para mejorar la función visual.