Con la llegada del frío en los meses finales del año, las rutinas cambian, los días se vuelven más cortos y las temperaturas más bajas comienzan a sentirse en el cuerpo. Para las personas mayores, estos cambios pueden resultar especialmente desafiantes, ya que el organismo responde de forma diferente ante el descenso térmico. En centros como Sonraíz, lo comprobamos cada año: prepararse para el invierno es clave para mantener la salud, el bienestar y la comodidad de nuestros mayores.

Por qué el frío afecta más a las personas mayores

A medida que cumplimos años, el cuerpo pierde agilidad para regular la temperatura interna. La piel es más fina, el metabolismo más lento y la sensación de frío aparece antes. Además, condiciones habituales en la tercera edad, como problemas circulatorios, hipertensión o la disminución de masa muscular, hacen que el cuerpo sea más vulnerable a los cambios bruscos de temperatura.

El frío no solo se percibe físicamente: también influye en el estado de ánimo. Los días grises y con menos horas de luz pueden disminuir la energía y favorecer la apatía o la desmotivación. Por eso es tan importante mantener hábitos saludables cuando llega esta época del año.

Riesgos más frecuentes durante los meses fríos

Cuando bajan las temperaturas, ciertos riesgos se vuelven más habituales en los mayores. Entre ellos destacan las infecciones respiratorias, como catarros y gripes, que encuentran en el frío un entorno propicio para aparecer. También aumentan los dolores musculares y articulares, especialmente en personas con artrosis o enfermedades reumáticas.

La circulación sanguínea se resiente y pueden aparecer episodios de tensión arterial más alta de lo normal. Y, en casos más extremos, una exposición prolongada a temperaturas muy bajas puede derivar en hipotermia, un riesgo que no debe subestimarse.

Cómo proteger a las personas mayores del frío

Proteger a nuestros mayores durante el invierno no es complicado, pero sí requiere constancia y atención. Abrigarse por capas, mantener la vivienda bien climatizada y evitar cambios bruscos de temperatura son pautas básicas que marcan una gran diferencia. También es importante fomentar una buena hidratación, ya que en invierno se bebe menos agua y la deshidratación pasa más desapercibida.

En Sonraíz reforzamos durante estos meses actividades que ayudan a mantener la movilidad, la circulación y la energía, combinadas con una alimentación equilibrada y platos calientes que aportan confort y bienestar. El acompañamiento emocional también es esencial: conversar, participar en juegos, mantener rutinas y fomentar el contacto social contribuyen a que el invierno sea una etapa más agradable.