Cuando un usuario nuevo llega a Sonraíz, una de las primeras atenciones que recibe es la valoración por parte de nuestro fisioterapeuta de cabecera, Daniel Barreiro. De esta manera, recibe cuanto antes un programa personalizado. Esto lo hacemos así porque la fisioterapia es muy importante en edades avanzadas. La Terapia Física o Terapia Ocupacional se emplea para el manejo y la restauración de la movilidad física de personas mayores y sus beneficios en este grupo de población están ampliamente reconocidos.
¿Cómo funciona la fisioterapia en adultos mayores?
La Terapia Física es para todos, ya que se adapta perfectamente a las condiciones físicas y motoras de cada persona. Pero es imprescindible personalizar los programas, puesto que las necesidades de los jóvenes deportistas o pacientes que se recuperan de alguna lesión no son las mismas que se aplican a los adultos mayores.
Ya hemos comentado en repetidas ocasiones la importancia del ejercicio físico durante la tercera edad, ajustado a las posibilidades de cada uno, ya que resulta fundamental para conservar un buen estado de salud. Los fisioterapeutas geriátricos son conscientes de que en esta etapa de la vida empiezan a presentarse algunas limitaciones de tipo motor o funcional y emplean sus técnicas terapéuticas para ralentizar estos procesos y fomentar la calidad de vida. Por este motivo los objetivos de la fisioterapia en personas mayores están orientados a:
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Lograr una mayor confianza del paciente en sus capacidades locomotoras.
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Conservar o recuperar la autonomía en actividades de la vida diaria.
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Maximizar la movilidad articular y la fuerza muscular.
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Mejorar los patrones de marcha y equilibrio.
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Promover la práctica de actividades físicas de un modo saludable.
La fisioterapia en personas mayores aborda los problemas locomotores en pacientes a partir de los 60 años desde una triple perspectiva:
La de la prevención
Trabajo de capacidades como la fuerza muscular, el equilibrio o la amplitud articular permiten al paciente seguir relacionándose con su entorno en unas condiciones físicas óptimas.
Diagnóstico
A través de la fisioterapia se puede identificar el origen de una dolencia, valorar la gravedad de una lesión o determinar qué factores están desencadenando una limitación en la movilidad.
Rehabilitación
La relevancia de esta disciplina médica en el tratamiento y la recuperación tras lesiones musculares o articulares no tiene duda.
¿Cómo ayuda la fisioterapia a las personas mayores dependientes?
Tratar con personas mayores dependientes exige por parte del especialista un modo muy particular de aplicar sus conocimientos. La formación y la experiencia son fundamentales, pero también lo son la vocación, la orientación hacia el bienestar de la otra persona, la sensibilidad y la paciencia. No en vano, algunos cuidadores de personas dependientes pueden tener conocimientos de fisioterapia mientras que los fisioterapeutas geriátricos también han aprendido mucho de la asistencia a adultos mayores.
Y es que los dos ámbitos se complementan a la hora de garantizar el máximo bienestar de las personas mayores y/o dependientes:
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Ayuda a que sean lo más autónomas posibles: levantarse de la cama, asearse, comer, por ejemplo.
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Reduce el riesgo de patologías asociadas a la falta de movilidad, incluso cuando se trata de ejercicios pasivos.
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Alivia las molestias crónicas derivadas de problemas locomotores y mitiga la percepción que tiene el cuerpo sobre el dolor.
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Favorece una recuperación más rápida tras una eventual caída.
Otros beneficios de la fisioterapia cuando se convierte en práctica habitual
Los efectos positivos de estas prácticas tal vez no se vean tras la primera sesión pero sí a medida que avanza el tiempo. No se reducen únicamente a una mejora en las capacidades locomotoras de las personas mayores sino en muchos otros aspectos de su salud y bienestar.
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Proporciona las herramientas necesarias para ganar autoconfianza.
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Aporta seguridad y energía, ganas de seguir sintiéndose útiles.
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Reduce el estrés y la ansiedad.
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Favorece la calidad del sueño.
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Incrementa la salud mental.
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Disminuye el riesgo de padecer otras patologías (diabetes, sobrepeso, cáncer de colon, osteoporosis…).
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Previene los accidentes cardiovasculares y los problemas circulatorios.
Durante la vejez es normal que se produzca un descenso de la actividad física debido al cansancio, a las disfunciones motoras y a una progresiva pérdida de capacidades como el equilibrio, la fuerza o la resistencia. No obstante, existen formas de retrasar ese desgaste natural que experimenta el cuerpo y la fisioterapia en personas mayores se ha consolidado como una interesante alternativa terapéutica.